La piel sensible es fina, vascularizada y propensa a la reacción excesiva a muchos factores. Estos últimos pueden estar contenidos en los alimentos, detergentes y estimulantes consumidos. ¿De qué otra manera se puede caracterizar la piel sensible y cómo cuidarla para minimizar los síntomas negativos?
Características de una Piel Sensible
La piel sensible no tolera los cosméticos con muchas fragancias, conservantes y siliconas. El agua dura, una gran dosis de rayos UV y los cambios de temperatura causan irritación. El exceso de alcohol y de comida picante también es una amenaza. La piel sensible reacciona con ardor, enrojecimiento, sequedad, sensación de tirantez, escamas, edema, prurito o erupción cutánea.
¿En qué se diferencia la piel sensible de la piel alérgica?
La diferencia entre la piel sensible y la piel alérgica es sutil y está determinada por el tiempo de reacción de la piel a un factor específico. Si la reacción se produce inmediatamente, se trata de una piel sensible, y cuando aparece en el plazo de 3 días, debemos empezar a pensar en un tratamiento de la alergia.
¿Cómo cuidar la piel sensible?
Reglas generales
La piel sensible debe manejarse con suavidad, es decir, dejar de realizar exfoliaciones mecánicas y utilizar exfoliaciones con enzimas de orma moderada. Además, los nuevos cosméticos deben introducirse con precaución, y si resultan adecuados para la piel, vale la pena adquirir toda la serie.
Desmaquillado
El desmaquillante es un elemento muy importante para el cuidado diario de la piel sensible, ya que previene una mayor irritación causada por la obstrucción de los poros debido al maquillaje y a la acumulación de impurezas. Para desmaquillarse a fondo, lo mejor es utilizar agua micelar que limpia suavemente la piel sensible, los párpados y las pestañas.
Cremas
La piel sensible tiene una capa hidrolipídica debilitada, por lo que merece la pena elegir cremas que protejan la capa protectora de la piel y eviten la pérdida de agua. La crema de día debe contener un filtro UVA y UVB de un mínimo de SPF 15, que protegerá la piel sensible contra la pérdida de colágeno y, por lo tanto, antes del fotoenvejecimiento.
Mascarillas
La piel sensible necesita mascarillas hidratantes y calmantes con regularidad. Es mejor usarlos 2-3 veces a la semana. La mascarilla puede actuar como un apósito que tiene propiedades antiinflamatorias y alivia la piel sensible, además de reponer profilácticamente las deficiencias de lípidos.
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